Estudié
en una escuela pública, así que la educación Primaria la recibí
en un pequeño centro línea 1, cuyo director, era un hombre mayor,
malhumorado y distante, conocido y recordado luego por los duros
golpes que solía propinar al alumnado con una larguísima regla de
madera a la que le gustaba llamar “La Cariñosa”. Extrañamente,
estas virtudes han hecho que el centro lleve hoy su nombre. Por
suerte, ya estaba a punto de jubilarse cuando lo conocí , así que
no tuve el placer de tenerlo como maestro.
La
educación que recibí fue una educación íntegramente
tradicional. Una educación totalmente dirigida, en la que los
alumnos éramos meros receptores de la información, y el profesor
cual conferenciante, exponía su clase diaria. Las respuestas
incorrectas de un alumno/a suponía el castigo verbal y la
ridiculización. Así en cada uno de los cursos hasta llegar a la
universidad, sin casi ninguna excepción, al menos que me haya
marcado profundamente.
Las
actitudes de los distintos docentes, tampoco divergían mucho una de
otras, por lo general, se trató siempre de un profesorado distante y
autoritario cuya pedagogía se basaba en la obediencia y el recurso
empleado para conseguirlo, el grito. Aunque no con todos eran igual.
Ellos tenían sus etiquetas para el alumnado, y nosotros lo
asumíamos. Así, los niños y niñas se dividían en los buenos y
los malos. Estas etiquetas se realizaban bajo el criterio del
“amiguismo”, al igual que las expectativas que el profesorado
tenía de los alumnos.
La
relación del profesorado con las familias se situaba en dos polos
opuestos: uno, el de la relación profesor - madres que podían verse
dentro del centro frecuentemente con una cafetera en la mano, y el
otro polo, el de la relación profesor - madres que al llegar al
centro se sentían como en un territorio ajeno, en el que no podían
opinar ni hacer.
El
recurso por excelencia, siempre fue el libro de texto. Más adelante
tuvimos algunos adelantos técnicos como las fotocopias de fichas y
rara vez las proyecciones de diapositivas y de algún video en VHS.
El retroproyector y ordenador, ya fue en la universidad.
En
este pasado año 2012, muchos años después, realizo el Prácticum
en un colegio público. Un colegio Preferente Motórico, en el que
lamentablemente revivo toda esa educación que yo experimenté.
Esperaba tener experiencias novedosas y conocer a un profesorado con
metodologías en las que poder inspirarme pero no disfruté de ese
tipo de modelos. Al contrario, volví a toparme con la misma
educación arcaica que poco tiene de qué presumir: gritos,
etiquetas, uso exclusivo del libro de texto, autoritarismo, enseñanza
expositora y no significativa, filas para desplazarse a cualquier
lugar, silencio absoluto exigido pero no logrado, etc.
Yo
como futura docente, no quiero adoptar los criterios metodológicos
que tuve como modelos. Me niego a reproducir aquella educación que
viví. Rechazo la idea de tener algún día, un alumnado con miedo a
levantar la mano para responder por miedo a equivocarse. Exorcizo de
mi mente la idea de abusar de mi poder, de no atender a la diversidad
y participar en la marginación de los que más apoyo necesitan.
Ahora
que he tenido oportunidad de conocer nuevas herramientas
aplicaciones TIC, las incluiré en la metodología activa y
participativa que estoy segura, llevaré a cabo. Todos juntos, mis
alumnos/ as y yo construiremos nuevas formas de pensamiento, nuevas
realidades a partir de estos lenguajes que ya están presentes en
nuestra sociedad.
Apelo
la buena praxis. Afrontaré esta responsabilidad de ser docente con
profesionalidad y con amor. Quiero ayudar a que cada uno exprese sus
capacidades y que se acepten socialmente por sus diversidades. Deseo
que mi futuro alumnado aprenda a construir su propio conocimiento.
Me gustaría ayudarlos a aprender a comprender. Quiero que todo esto
se desarrolle en un entorno amable, respetuoso y afectivo. Sueño que
con el paso del tiempo ellos encuentren que el tiempo pedagógico
invertido en la escuela ha sido eficaz, bien aprovechado y sobre
todo, una etapa feliz de sus vidas.
En la foto un recurso usado por el profesorado durante mi etapa en
la Primaria para copiar fichas: Imprenta Freinet en el Museo de
Educación ULL, 12 de marzo 2013.
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